Realmente no suelo pararme a pensar mucho en cuestiones metafísicas, tales como el paso del tiempo, y sin embargo me encuentro muchas veces intentando descubrir que es lo que lo hace tan enigmático.
Y he llegado a tener la sensación que imagino tendrá la mayoría de la gente, esa sensación de el carácter lineal del tiempo. Existe un pasado, por supuesto un presente y de alguna manera un futuro. El pasado aunque fuera bueno no deja de tener ese regusto amargo, nostálgico que hace que el vivir en el sea sinónimo de tristeza e incluso infelicidad, afortunadamente el presente con su inevitable llegada te aparta, aunque no quieras, y da igual si te va bien o no te centra en el día a día y te permite creer en otro tiempo futuro, en el que todo cambie o no, según te vaya el baile.
La verdad en los últimos años ni siquiera repare en el pasado, lo justo para no perder la memoria, estaba totalmente entregado al presente y me dejaba llevar como el resto de los mortales, e incluso cometiendo el error de muchos creí que dominaba esta dimensión y me permitía el lujo de muchas veces recorrer el tiempo de puntillas casi sin tocar el suelo para llegar antes a un futuro cargado de presentes emocionantes y repletos de felicidad.
Ahora quizas presa de algún trastorno emocional, no lo dudo, siento como si el tiempo dejara de ser lineal y adoptara una extraña forma de espiral, avanza pero de una forma un poco extraña, aun cuando día a día parto de un presente que no me da tregua y que da pie a pensar en futuros inciertos, a menudo acabo mis dias en el pasado...
"segundo premio"
Los Planetas
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