Un Premio Darwin es un premio irónico que toma su nombre del creador de la teoría de la evolución Charles Darwin, basándose en el supuesto de que el ser humano mejora genéticamente accidentalmente matándose o esterilizándose por un error absurdo o un descuido. Se desechan los bulos o historias inventadas para las concesiones, sólo se admiten historias que hayan ocurrido realmente.

Así pues, los Premios Darwin se conceden, generalmente de forma póstuma, al individuo o individuos que se elimina del acervo genético de la manera más espectacular. Sin embargo hay una excepción a la condición de morirse. Si un individuo no muere, pero queda incapaz de tener hijos sería elegible para el dudoso honor de recibir el premio mientras aún esté vivo.
Un laboratorio reconstruyó la historia. Parece ser que el conductor había conseguido de alguna manera una unidad JATO (Jet Assisted take off-en realidad un cohete de combustible sólido) que se utiliza para dar una "empuje" extra a los aviones militares de transporte pesado para despegar desde aeródromos cortos.
Condujo su Chevy Impala al interior del desierto y encontró un largo tramo recto. Entonces enganchó la unidad JATO a su coche, entró dentro, cogió velocidad y encendió el dispositivo de motor a reacción. Los policías estimaron que el conductor del coche encendió el cohete a una distancia de 3 millas (5 km.), aproximadamente, del lugar del choque. Allí, el asfalto estaba quemado y derretido.
Alcanzó el empuje máximo en menos de 5 segundos, con lo que el Chevy alcanzó velocidades de más de 350 mph (560 km./h.) y continuó a máximo empuje durante unos 20-25 segundos adicionales, el conductor, que no era piloto, habría experimentado lo más parecido a las fuerzas gravitatorias que normalmente están reservadas a los pilotos de cazas F-14 bajo una post-combustión completa, básicamente le provocó quedar inconsciente durante el resto del suceso.
El individuo siguió sobre la carretera durante aproximadamente 2,5 millas (4 km.) (15-20 segundos) antes de que el conductor aplicara y quemara completamente los frenos, reventara los neumáticos y dejara marcas de goma sobre la superficie de la carretera.
Llegó a volar durante otras 1,4 millas (2,3 km.), impactando en la ladera del precipicio a una altura de 125 pies (40 m.), dejando un cráter negro de tres pies de profundidad en la roca. La mayoría de los restos del conductor no fueron recuperables; no obstante, se extrajeron fragmentos pequeños de hueso, dientes y cabellos del cráter y se quitaron fragmentos de una uña en un trozo de escombros que parecía ser un trozo del volante.

- Robert Puelo, de 32 años de edad, estaba al parecer causando problemas en un mercado de San Luis. Cuando el dependiente amenazó con llamar a policía, Puelo cogió un perrito caliente, lo introdujo dentro de su boca, y se alejó sin pagar.
La Policía lo encontró inconsciente delante de la tienda: los médicos sacaron una Vienesa de seis pulgadas (15 cm.) de su garganta, donde le había ahogado hasta producirle la muerte.


Cuando cortó amarras, sin embargo, Walters salió disparado hacia arriba inesperadamente, alcanzando pronto una altitud de 16,000 pies (5.000 m.). Comunicó con algunos aviones privados en el camino de subida y fue descubierto por confundidos pilotos de líneas aéreas. El mareado "globista" disparó aproximadamente a 10 de los globos sonda antes de que su arma cayera al mar 90 minutos después de iniciar el vuelo. Su embarcación quedo entonces a la deriva volviendo hacia tierra. Los globos finalmente se enredaron en unos cables eléctricos cerca del Aeropuerto de Long Beach, y Walters pudo saltar desde la silla de jardín hasta los brazos de los miembros de la ley que le esperaban.
Hasta aquí llega la historia que provocó la candidatura a los Premios Darwin, haciendo de Walters uno de los pocos nominados del Darwin que pudo sobrevivir a su hazaña. Pero la parte más triste de la historia estaba todavía por llegar.
Walters tuvo que pagar 1.500 $ a la Administración de Aviación Federal, acusado de volar de un modo temerario, operar demasiado cerca del aeropuerto y no ponerse en contacto con la torre de control.
Fuente: Experimento 626
1 comentario:
Mira que eres fúnebre...
Y además me sale una mierda de publicidad cada vez que quiero publicar un comentario en tu blog.
Grrrrrrrrrrrrrrrrrrr
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